sábado, 11 de octubre de 2008

Alfredo Harp Helú


Empresario Mexicano que se inicia en la década los 70's mediante la fundación de la Casa de Bolsa Acciones y Valores de México, una de las primeras de México. En la década de los setentas colabora activamente en la emisión de la primer Ley del Mercado de Valores. A fines de la década de los 70´s cuentan ya con una de las principales Casas de Bolsa en el País. Beneficiario de la billonaria compra de Banamex por parte de Citigroup en el año 2001, Harp ahora ocupa mucho de su tiempo atendiendo a los problemas de pobreza de México. Es primo del hombre más rico de México Carlos Slim Helú, Harp formó una fundación la cual proporciona recursos a los atletas mexicanos discapacitados que compiteron en los Juegos Paralímpicos de Atenas 2004; también promueve el fomento a las artesanías indígenas en las regiones marginadas de Oaxaca. Harp fue secuestrado en 1994 y liberado después de 106 días mediante el pago de 30 millones de dólares. Es dueño del equipo de beisbol de la Ciudad de México: Diablos Rojos de México y accionista de los Guerreros de Oaxaca en la Liga Mexicana de Beisbol. En 2008 lanza la convocatoria, junto al Instituto Politécnico Nacional, para lanzar una serie de becas a nivel medio superior y superior.
Premio “ACCION’s”en Nueva York
y en la Ciudad de México: LA UNIVERSIDAD LA SALLE
lo honra como Dr. Honoris Causa
Alfredo Harp Helú

Hay mucha gente por cuya audacia, talento para los negocios y visión para aprovechar las oportunidades se vuelve triunfadora en la vida y conjuntan riquezas importantes. Un día mueren, los hijos heredan y los capitales o crecen o se esfuman, según hayan sido educados los herederos. Hay otros que, como Alfredo Harp Helú, consideran que su triunfo financiero no es sino por haber sido un “conducto” de los que Dios escoge para algo y que tienen su mayor responsabilidad en saber “qué” hacer con tal riqueza. Por supuesto que le llueven toda clase de negocios, propuestas, y solicitudes de la patria mexicana, máxime al ser hijo de un inmigrado que fue recibido con generosidad y sin recelos. Entonces forma un equipo, busca los mejores proyectos y su tarea es llevada adelante.
Alfredo Harp Helú no es un “dador” de dinero, es un filántropo de pura cepa, consciente y
orgulloso de su ascendencia libanesa, amante apasionado de su patria mexicana y responsable
por su condición de ciudadano del mundo.
Tiene, en general, una actitud íntegramente disímil a la indiferencia que la gran mayoría
muestra hacia los problemas sociales de nuestra época, particularmente por los mil y un
problemas que se viven en México, ejerciendo entonces su potestad de participar en la mejoría
social, en lo cultural o lo deportivo a través de proyectos “con sentido”.
En Nueva York le entregaron el prestigiado reconocimiento “ACCION Helping for Millions Award”, en reconocimiento a su labor de impulso, a su labor en pro de las microempresas que tanto beneficio dieron a Oaxaca y que se extendieron a todo el territorio mexicano, a América Latina y que ya funcionan con gran éxito en África por medio de una asociación internacional, precisamente llamada ACCION’s. Vaya, pues, una palabra de solidaridad con Alfredo Harp Helú, que a su regreso a México, casi de inmediato, fue investido como Doctor Honoris Causa por la Universidad La Salle. Nos llena de alegría porque no es el premio a un hombre rico, sino el reconocimiento al hombre consciente y analítico que sabe que el planeta vive una pesada prueba que irrita y atenta contra la dignidad del género humano, en un mundo que es testigo inmóvil y glacial ante la tragedia de sus congéneres, no obstante los mecanismos creados para mantener -o desquiciar- la armonía del globo que habitamos. Alfredo no está en esa lejanía que es indiferencia, pues entiende que la indiferencia es cobardía.

Harp Helú, ahora con la inestimable y meritoria ayuda de su compañera y esposa, María Isabel Grañen Porrúa, una mujer de temple, gran cultura y enorme sensibilidad, así como con el cariño insustituible de su madre doña Suhad; sus hijos Alfredo, Sissi, Charbel y del pequeño Santiago, sus hermanas Suhad y Linda, su cuñado Eduardo, su yerno Luis y su nuera Vanesa, sus sobrinos y amigos, transmite su angustia y solidaridad con y para los niños, mujeres ancianos y hombres caídos en la adversidad, y lo hace por medio de lo que Dios le dio para ello, como un intento que lejos de ser quimérico, es el hecho fructífero y real de un soñador solidario.
La mano de Alfredo ha sido tendida a niños y jóvenes, al hermano diferente en etnia o religión, coincidiendo con el escritor libanés universal, Kahlil Gibrán, en su dicho de que: “Toda la Tierra es mi Patria y toda la raza humana, mi tribu”
En el proceso humanitario que formó la abundancia de su pensamiento, vemos a un hombre bizarro, lejano a la preponderancia y cercano a la plenitud, sin tribulaciones ni rudeza, con un sentimiento
interior que proyecta con un compacto tejido intelectual que brota de un firme empeño.
Hombre ordenado, cordial y comunicativo es –en la instancia del sentimiento hacedor- un creativo que conmueve y un ejercitante humanitario en pleno ejercicio de sus actos.
Quien lo conoce sabe perfectamente que Alfredo Harp Helú siempre se ha distinguido por ser muy disciplinado, herencia de una formación lasallista. Alumno becado del Colegio Cristobal Colón, su lugar en la escuela tenía un costo simbólico que había que pagar con una pequeña labor: ayudar a vender paletas heladas o cuidar en el camión a los niños más chicos. Amante de la geografía, descubre las estampillas que inmediatamente se convierten en su pasión, de ahí que recorriera embajada tras embajada en busca de esas pequeñas piezas de arte.Con un poco más de edad y con un futuro que se presentaba incierto, Alfredo se topa con el momento de las decisiones importantes: elegir una carrera. Sus necesidades buscaron una profesión que lo colocara en el conocimiento de todo el mundo. Contabilidad era su mejor opción, porque además se vinculaba a las finanzas, en los impuestos, en la consultoría de administración de empresas. “Sabía que era una carrera que me permitía estar en un negocio o en despacho para enfrentarme a la vida con gran disciplina y gran orden, por eso era muy completa”. Aunque reconoce que en ese momento no estaba del todo preparado para escogerla, tampoco fue una mala elección. Pero es innegable que le hubiera gustado tener más libertad y capacidad de decisión. Quizá la música hubiera sido esa otra posibilidad.Su ingreso a la Universidad Nacional Autóno-ma de México fue determinante por tratarse de una experiencia que considera increíble.A pesar de reconocer que eligió contabilidad por estar de moda y no por una plena convicción y conocimiento de la misma, en poco tiempo descubrió que tenía sus ventajas, como la de combinar el estudio con el trabajo. En ese proceso, ser auditor externo fue descartado inmediatamente, ¿contador en una empresa? También quedó fuera. Lo que no sucedió con la rama fiscal que se le presentaba como algo más interesante por el tipo de problemas y las formas en que éstos se podían resolver, siempre buscando las ventajas para los clientes. Aunque interesante, tampoco le satisfacía por completo, hasta que descubre, que esa rama fiscal tiene que ver con las finanzas y dentro de ellas, lo atractivo era entrar y ser parte del gremio bursátil.
Riqueza para dar.
Quizá para algunos su historia se parezca a la de muchos otros. Pueden decir que no tiene nada de extraordinario estar a punto de perder la vida por extrañas enfermedades o haber sido secuestrado; que alcanzar el éxito es consecuencia lógica del trabajo y el esfuerzo, sin darle ninguna clase de mérito. Tal vez, para unos más, no signifique absolutamente nada tener una visión increíble para obtener los mejores resultados en el mercado bursátil y construir uno de los grupos financieros más poderoso del país. Tal vez y quizá son las palabras que dan inicio al porqué convirtió su historia en un camino para realizar lo que más le gusta en la vida: ayudar a los demás.

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